El uso de amuletos ha sido una práctica que se considera bastante común en muchas sociedades antiguas, sobre todo en las tierras bíblicas.

A estas piezas se les otorgaban poderes mágicos, con efectos de sanación y protección contra energías negativas, poder para atraer la buena suerte y para la protección ante el mal o  lesiones de la persona que lo llevaba consigo.

Mano de Fátima

Existen una gran cantidad de amuletos y talismanes en todas las sociedades, que hasta nuestros días llegan a ser muy populares.

Uno de ellos con una gran extensión en las culturas orientales es la mano de Fátima o mano de Jamsa, como se le conoce en el mundo Árabe.

Antes de utilizar cualquiera de estos talismanes o amuletos, te recomendamos saber su significado y la historia de estas piezas, para poder llevarlo contigo de la mejor manera y conocer todos los poderes que estos símbolos ofrecen.

El Jamsa o Hamsa como también se le conoce a la mano de Fátima, es un símbolo que tiene una forma de mano, bastante popular entre la población de los judíos y musulmanes, En los países de África del Norte y el Oriente Medio.

La mano de este símbolo tiene una forma simétrica, con el dedo corazón en el centro, con los dedos anular e índice a los lados, y en la parte extrema dos pulgares, ambos del mismo tamaño y con una pequeña curvatura hacia afuera.

En ocasiones se le incluyen símbolos adicionales, de índole religioso o el ojo de Dios.

Para las personas que creen y son seguidores de la mano de Fátima, este símbolo otorga protección y atracción de la buena suerte a quienes lo lleven. Este símbolo ha sido conseguido de diversas maneras desde épocas muy antiguas.

Utilidad de la mano de Fátima

Reseña histórica de la mano de Fátima

El origen exacto de la mano de Fátima no tiene una fecha específica y no se encuentra documentado, sin embargo, las primeras menciones de este símbolo y la fuerza que emana de él, se logran obtener en algunos pasajes del Corán.

Así como, en relatos y cantares populares de la época antigua se asocia como un símbolo de la buena suerte a un gesto de Mahoma.

Algunas investigaciones llegan a dar indicios que la documentación de este símbolo se inicia en el año 244 d.C., después de descubrir frescos parietales en la sinagoga de Duras Europos en Siria, y para los años de 518-527 d. C. en los mosaicos que Marianos y Janina realizaron en la Sinagoga de Beit Alfa en Galilea, Israel.

Hay muchos historiadores que indican que la Mano de Fátima posee una conexión con la Mano de los  Dioses, un amuleto de origen egipcio que fue asociado con los dioses Osiris e Isis, siendo un amuleto característico de la antigüedad.

Como un talismán se cree que fue empezado a ser utilizado a partir del 820 a.C. por parte de los cartagineses y en las poblaciones del norte de África y donde este amuleto se asociaba a la diosa Tanit, consorte de Baal, patrona de Cartago y la diosa más importante de los cartagineses, donde los cultos se vinculaban a la fertilidad  la luna.

Posteriormente, fue usado por los magrebinos y bereberes que adoptaron el mismo símbolo, pero otorgándole relación con el poder la fuerza y la autoridad, adoptando el Jamsa como símbolo independiente de los judíos y musulmanes.

Su expansión y conocimiento a nivel mundial, se inicia en la Edad Media, donde llega a territorios que no son controlados por la religión Islámica.

Utilidad de la mano de Fátima

En culturas como el islam, el Judaísmo y algunos cristianos en países orientales, pueden tener una percepción cultural de la mano con el nombre de jamsa, la relación  directa que se le otorga es la mano de Dios.

Para ser usado como un talismán como un recordatorio y expresión de fe, y una manera de expresar el deseo de estar abierto a las bendiciones y protecciones que tenga Dios para quien lo lleva consigo.

Actualmente, la Mano de Fátima es uno de los talismanes más expandidos a nivel mundial, muchas personas creen y conocen el símbolo de la Mano de Fátima.

Podemos conseguir este símbolo en casas para atraer suerte al hogar y a los miembros de esta, en colgantes, dijes y llaveros para la protección contra las malas energías de la persona que lo lleva.